Castilla-La Mancha cuenta con cinco provincias en cada una de las cuales, con diferentes climas y orografías, crecen las diferentes variedades de uva. Profundamente arraigado en la vida de sus habitantes, las zonas vinícolas han desarrollado una cultura del vino que se puede conocer en cada una de sus bodegas, y en las localidades en que se ubican. La amplia modernización adaptada desde el último tercio del siglo XX ha generado más de seiscientas marcas comercializadas bajo la D.O. Tierra de Castilla, con unas cualidades excepcionales en cada una de sus variantes.